"Érase una vez un colegio que se llamaba Juan Ramón Escoba. Era un colegio de brujas donde casi todas las profesoras tenían una escoba. Pero mi profesora tenía una escoba diferente porque tenía más potencia que ninguna otra.
La profesora se la dejaba media hora a cada alumno, hasta que una niña le robó la escoba y no se la volvió a ver nunca más.
Pero dicen que si dices la frase: “escoba, escobe, escobi, escobo, escobu”, aparece y hechiza a una niña cualquiera y la convierte en bruja. Por eso hay cada vez más brujas en el mundo y nadie sabe el porqué…"
Daniela
Mi profesora se llama Biruja y tiene 120 años pero está muy bien, incluso parece que tiene 30, pero bueno ese no es el caso.
Mi profesora tiene un aspecto un poco extraño: tiene verrugas, nariz larga, la cara un poco verde, dos ojos como platos y una larga melena gris; también tienen una escoba un poco rara.
Todos los niños creemos que la usa para volar, pero ella dice que es para que cuando un niño se porte mal le pegue un escobazo.
Un día estábamos en clase, que por cierto es 5ºC, mi profesora estaba explicando donde está Madrid y entonces vino un hombre muy extraño y llamó a la puerta para que Miss Biruja saliera. Tiempo después, como todavía no había llegado, mis compañeros y yo salimos a investigar.
Cuando llegamos a la puerta de salida vimos a dos personas volando en una escoba igualita a la de mi profesora . Entonces todos fuimos al despacho de Miss Marcha ( la directora ) para contarle todo lo ocurrido. Cuando llegamos vimos que no había nadie y de repente tocó la sirena para irnos con nuestros padres; pero aquí no acaba la historia.
Al día siguiente no vino la profesora, vino la señorita Falcurria. Ella nos dijo que Miss Biruja había ido al médico, pero después de lo ocurrido el pasado día ya no nos lo creíamos.
En la hora del recreo fuimos a clase y descubrimos un cajón secreto de la profesora y corriendo lo abrimos. Lo que había dentro era: unas fotos de ella volando con una escoba, una varita mágica, un libro de hechizos y un... ¡No me acuerdo! Ah, ya sé porqué no me acuerdo, y es porque cuando fuimos a verlo entró Miss Biruja, al ver lo que estábamos haciendo nos castigó a todos.
En la hora del castigo Miss Biruja nos explicó que ella era una bruja, pero que lo mantenía en secreto para que no la desterraran. Entonces todos mis compañeros y yo le prometimos que no diríamos nada, pero a cambio nos daría un paseo en la escoba a los 27 niños y niñas que somos en mi clase.
Desde entonces todos tenemos este secreto y una clase mágica.
Patricia