Con motivo del Día Internacional de la Infancia (20 N) leímos el cuento de Rodari "Uno y siete". Al leerlo vimos que solo hablaba de niños y padres, por lo que faltaba la mitad de la humanidad. Decidimos reescribirlo incluyendo a niñas y mujeres. También inventamos un personaje que habitara en la selva.
El cuento de Giani Rodari dice así:
He conocido un niño que tenía siete años. Vivía en Roma, se llamaba Paolo y su padre era un tranviario. Pero vivía también en París, se llamaba Jean y su padre trabajaba en una fábrica de automóviles.
Pero vivía también en Berlín, y allá arriba se llamaba Kart y su padre era un profesor de violonchelo.
Pero vivía también en Moscú, se llamaba Yuri, como Gagarin, y su padre era albañil y estudiaba matemáticas. Pero vivía también en Nueva York, se llamaba Jimmy, y su padre tenía una gasolinera.
¿Cuántos he dicho ya? Cinco. Me faltan dos:
Uno se llamaba Ciú, vivía en Shanghái y su padre era un pescador; el último se llamaba Pablo, vivía en Buenos Aires, y su padre era escalador.
Paolo, Jean, Kart, Yuri, Jimmy, Ciú y Pablo eran siete pero siempre el mismo niño que tenía ocho años, sabía ya leer y escribir y andaba en bicicleta sin apoyar las manos en el manillar. Paolo era trigueño, Jean era blanco y Kart, castaño, pero eran el mismo niño. Yuri tenía la piel blanca, Ciú la tenía amarilla, pero eran el mismo niño. Pablo iba al cine en español y Jimmy en inglés, pero eran el mismo niño, y reían en el mismo idioma.
Ahora han crecido los siete, y no podrán hacerse la guerra, porque los siete son una sola persona.
Este es el texto que escribió Claudia G.
Mi padre viaja mucho y me gusta acompañarle. En todos sus viajes he conocido a alguien. He conocido a Emma de New york; he conocido a Kunú de China; he conocido a Molí de Argentina; a Yuri que es árabe; a Lili de Roma; he conocido a Manolo que es de España y me dio a probar lo que ahora es lo que más me gusta: el jamón serrano; he conocido a Juandí que es de Francia, bonita ciudad que me hice un selfie con el arco del triunfo. También he conocido a Ara que vive en una selva que, por cierto, era muy grande y parecía peligrosa, hasta tenían un árbol sagrado.
Bueno, con tanta gente que he conocido me he dado cuenta de que todos tienen mucho en común y que todos somos lógicamente iguales y todos, según el documental que vi ayer tenemos derecho a todo. Por ejemplo, la madre de Juandí es abogada y el padre de Kunú también. Emma va al colegio y Lili también, aunque Ara no va al colegio porque donde vive ella no hay. ¡Cuando yo sea presidenta de la galaxia prohibiré la desigualdad y que unos tengan más derechos que otros!.